Santo de pescadores y vendedores de pescado, cura el mal de gota y reumatismo, males de cuello y garganta Este Santo resuelve problemas de Esterilidad masculina cuando es el mismo hombre quien le pide. Ritual
30 de noviembre
Ofrenda con cera o plata
Generosidad con los desfavorecidos
Velas Rojas
Incienso Natural
No le gustan las flores ni detalles femeninos!….
Oración
Rezar con fervor esta oración quince veces cada día desde la fiesta de San Andrés (30 de noviembre) hasta Navidad (25 de diciembre).
Oración
Señor, que llamaste al apóstol san Andrés a dejar las redes a orillas del mar de Galilea para hacer de él un pescador de hombres, te pedimos por su intercesión que nos concedas ser fieles a la vocación apostólica que hemos recibido en nuestro bautismo. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Oración de San Andrés, Apóstol
¡Oh cruz buena, que fuiste embellecida por los miembros del Señor, tantas veces deseada, solícitamente querida, buscada sin descanso y con ardiente deseo preparada! Recíbeme de entre los hombres y llévame junto a mi Maestro, para que por ti me reciba, Aquel que me redimió por ti muriendo. Amén.
Oración a San Andrés Apóstol
Traducción Angie Ware
¡Oh glorioso San Andrés, tu fuiste el primero en reconocer y siguir al Cordero de Dios. Junto con tu amigo Juan te quedaste junto a Jesús desde ese primer día, y durante toda tu vida, y ahora por toda la eternidad.
Así como llevaste a tu hermano San Pedro a Cristo y muchos otros después de él, Condúcenos también a nosotros a él. Enséñenos a llevan otros a Cristo solamente por amor a él y dedicación a su servicio. Ayúdanos a aprender la lección de la cruz y a llevar nuestras cruces diarias sin quejanos de modo que puedan llevarnos a Jesús.
«Salve, oh Cruz, inaugurada por medio del cuerpo de Cristo, que te has convertido en adorno de sus miembros, como si fueran perlas preciosas. Antes de que el Señor subiera sobre ti, provocabas un temor terreno. Sin embargo, ahora, dotada de un amor celeste, te has convertido en un don. Los creyentes saben cuánta alegría posees, cuántos regalos deparas. Confiado, por tanto, y lleno de alegría, vengo para que tú también me recibas exultante como discípulo de quien fue colgado de ti… Cruz bienaventurada, que recibiste la majestad y la belleza de los miembros del Señor…, tómame y llévame lejos de los hombres y entrégame a mi Maestro para que a través de ti me reciba quien por medio de ti me ha redimido. ¡Salve, oh Cruz, sí, verdaderamente, salve!».
Apóstol San Andrés, enséñanos a seguir a Jesús con prontitud (Mt 4, 20; Mc 1,18), a hablar con entusiasmo de Él a todos aquellos con los que nos encontramos, y sobre todo a cultivar con Él una relación de auténtica intimidad, conscientes de que sólo en Él podemos encontrar el sentido último de nuestra vida y de nuestra muerte.